domingo, 11 de diciembre de 2016

Cuenca es algo más que sus casas colgadas

Siempre se aprende algo nuevo. Visitar Cuenca hizo que me diera cuenta del error que siempre cometía cuando hablaba de ella, sus famosas casas no son colgantes, son las casas colgadas. La amable chica del hotel que nos explicó muy amablemente qué ver y qué visitar, nos lo explicó y por su cara pudimos ver que no éramos los únicos en cometer ese fallo, que ya están acostumbrados, por lo lección aprendida. Las mejores vistas se viven sin duda alguna desde el puente de San Pablo. Pero aunque muchos no lo crean, Cuenca es algo más que sus casas colgadas: es arte y la mejor opción para desconectar de la rutina.

De Cuenca son también típicas las cuestas hasta el casco antiguo y su gastronomía, aunque realmente solo probé el alajú. Sí, puede sonar a truco de magia si se grita con gran entusiasmo, pero realmente es un dulce típico de la zona que lleva almendras, nueces, especias y miel. Un manjar especial para golosos y amantes del azúcar.

Nuestra visita a la ciudad coincidió con una exposición sobre la libertad de Ai Weiwei en la mismísima catedral. Además, pudimos disfrutar de los maravillosos colores del otoño que se dejaban ver ya en nuestra visita, durante el mes de octubre.




































1 comentario :

  1. ¡Qué fotografías más bonitas!
    Nunca me ha llamado la atención Cuenca, para qué mentir, pero tiene rincones preciosos que ojalá visitar algún día.
    Gracias por mostrarlo ♥

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