También conocido como El Grove, se encuentra en la entrada de la ría de Arosa. Antes de nuestro destino, hicimos una visita a una de las playas que nos pillaba de camino.
Una vez en O Grove quedé maravillada por tanto azul que veían mis ojos. Realmente yo pensaba que ese tipo de azul solo se contemplaba en lugares paradisiacos más lejanos, no sabía que el propio paraíso se encontraba a unos cientos de kilómetros. Galicia en conjunto me pareció tan bonita, que muchas veces cuando pienso en ella recuerdo una frase que nos dijo un vecino de Santiago: "si en Galicia no lloviera tanto, sería el paraíso". Supongo que para las personas que vamos de fuera, sí lo es. Tengo que agradecer que solo nos pilló un día de lluvia.
O Grove, está a un paso de La Toja, famoso por su jabón y su balneario. Para mí siempre será el lugar donde comimos un sorprendente y rico arroz con zamburiñas y hasta el momento, la imagen del fondo de pantalla de mi móvil.
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