Cuando te hablan de Bilbao, siempre te dicen que tiene algo especial y te hablan de sus pintxos. Que por cierto están riquísimos. Eso sí, los horarios nocturnos son mucho más limitados, por lo que los sitios, al menos los de pintxos, cierran a las 10.30 de la noche. Por lo que date en prisa en cenar si no quieres quedarte con el estómago vacío.
Una de las cosas que más ilusión me hacia de Bilbao era ver su famoso Puppy. Tuvimos la mala suerte de que si hay dos veces al año que lo cierran para reemplazar sus flores, a nosotros nos tocó una de ellas. Solo por ello, ya tengo una cita pendiente, Bilbao.
La ciudad es muy bonita y con una infinidad de cuestas, calles estrechas y puentes. La gente muy simpática. La recorrimos entera a pie, mi manera favorita de descubrir una ciudad.
No hay comentarios
Publicar un comentario