domingo, 1 de marzo de 2015

Primer contacto con Cambridge

La vida, las ganas de mejorar mi inglés y mi sed de aventuras me han llevado a la ciudad de Cambridge. No llevo ni siquiera un mes aquí, pero reconozco que adaptarse a sus horarios, como madrugar casi con la luz del sol (aquí no existen las persianas) o cenar antes de las 9pm, no ha sido tan difícil como parecía en un principio. La lluvia ha pasado de ser una molestia a convertirse en una compañera de aventuras más. El frío te congela los dedos y provoca que tengas que luchar contra la pereza de sacar la cámara para captar los instantes que estás viviendo.

Aún no me he acostumbrado al precio de la libra (duele cuando haces el cambio a euro), a la poca variedad de comida que ofrecen en los supermercados ni a echar de menos a la familia. Pero ¡vivan las nuevas tecnologías que consiguen ganar la guerra a los kilómetros!

Cambridge es pura magia en sí: el mundo se mueve en bicicleta, existen tiendas de segunda mano por toda la ciudad, tiene varios parques y zonas verdes, venden flores a cada esquina, una arquitectura tan bonita que vale la pena tener dolor de cuello por verla,...y por si fuera poco, tiene un mercadillo en el centro de la ciudad que le da un aire medieval.

Una de las mayores sorpresas ha sido la luz que envuelve a esta ciudad y que provoca que tenga tantos rincones para fotografiar. Cambridge tiene mucha magia y yo sólo tengo ganas de descubrirla con mi cámara.














2 comentarios :

  1. Esa November emprendiendo aventuras. ¡Vigilame la libra!

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  2. :) :) :)
    ¡Te la vigilaré! ¡Pero no veas cómo ha subido la susodicha!

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