Hacía años que no visitaba esta increíble ciudad, por lo que cuando fuimos este año fue casi como si fuera la primera vez. ¡Qué bonito es ver un lugar con ojo de turista!
Visitamos esta ciudad a finales de mayo, por lo que en las calles se mezclaban las camisetas de manga corta con camisetas de tirantes, como si fueran las rebajas del mes de julio. Recuerdo que hacía mucho calor, lo que hacia que buscásemos la sombra bastante. De hecho una de las cosas que más me gustó de esta ciudad es, además de tener playa y montaña, el poder pasear con cámara en mano sin tener que estar esquivando a la gente. En otras ciudades tan cosmopolitas como ésta, es algo imposible de imaginar.
Visitamos esta ciudad a finales de mayo, por lo que en las calles se mezclaban las camisetas de manga corta con camisetas de tirantes, como si fueran las rebajas del mes de julio. Recuerdo que hacía mucho calor, lo que hacia que buscásemos la sombra bastante. De hecho una de las cosas que más me gustó de esta ciudad es, además de tener playa y montaña, el poder pasear con cámara en mano sin tener que estar esquivando a la gente. En otras ciudades tan cosmopolitas como ésta, es algo imposible de imaginar.
Viviendo en un lugar con playa, nunca imaginé que podría sorprenderme tanto un lugar como la playa de la Barceloneta, ¡pero lo hizo! Realmente parecía que en algún momento iba a aparecer un director con su cámara filmado. Ojalá la próxima vez que vaya pueda bañarme en sus aguas.
Fue un viaje bastante exprés por lo que quedaron varios lugares sin visitar, de hecho me quedé con ganas de visitar la Sagrada Familia por dentro una vez más, pero a la próxima sin falta. Aún recuerdo la primera vez que estuve dentro, y no solo por la larga cola de más de 2 horas que hicimos (ahora es imprescindible comprar las entradas por internet y con antelación), sino por cómo la luz entraba por las vidrieras creando bailes de colores que impregnaban la estancia y cada persona que estaba dentro. Era como presenciar magia o incluso mejor.
Sin duda, mis dos lugares favoritos de la ciudad, a parte del mágico interior de la Sagrada Familia, son el puerto y el Palacio Nacional, donde se respira una paz única y se disfrutan de unas vistas mágicas a la ciudad.
En tan poco tiempo apenas puedes disfrutar de su rica gastronomía, pero si decidís visitar la ciudad condal mis recomendaciones son Mussol y König, quizá alguien natural de la ciudad pueda recomendar muchos mejores, pero como amante de la comida me parecieron que por calidad-precio estaban buenísimos. Barcelona, tenemos muchas cuentas y espero que citas pendientes.
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