domingo, 9 de septiembre de 2018

Cudillero: visita obligada


Queridos amantes del norte, con este post comienza mi primera entrega de mi bonita escapada a Asturias. Si el año pasado con el viaje a Galicia acabé entregando mi corazón al norte, con este viaje volví a enamorarme un poquito más. Siempre digo que tengo algo de norteña porque siempre que viajo hacia esta dirección, y me rodeo de verde, siento algo especial que espero algún día poder describir. Pero creo que básicamente se puede resumir en que cuando estoy en esos lugares o cierro los ojos y me imagino allí, una voz me susurra: tú eres de aquí.

En esta primera entrega hablaré y os mostraré Cudillero. Desde que este año teníamos Asturias como destino, me puse a buscar pequeños pueblos que visitar. La lista era kilométrica, pero tuve que hacer una lista de imprescindibles entre los cuales Cudillero no podía faltar.

Había visto muchas fotos por Internet antes de poner el pie en este pueblo pesquero de más 5.000 habitantes. Pero ninguna foto de las que vi o hice pueden compararse a la belleza y el pequeño lujo de poder disfrutarlo con los propios ojos. ¡Es un pueblo de postal!

Lo más destacable de Cudillero es que sus casas, casi todas de colores, se encuentran ubicadas en la montaña, por lo que están como escalonadas. ¡Una delicia para los ojos! Y también para los amantes de la fotografía como yo. Es montaña y mar, todo en un mismo lugar. Quise imaginar como tendría que ser este lugar en las noches de verano, y seguro que también es un lugar precioso. Si fuera escritora, seguramente pasaría alguna temporada en alguna de esas casas que miran al mar dejándome inspirar por la brisa del Cantábrico.

















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