El año pasado, en uno de estos gritos internos de querer descubrir y de ganas de fotografiar, decidí en compañía ir a las salinas de Santa Pola a hacer algunas fotos. Los resultados no son los mejores, pero sí que me trajeron algo de paz. Este año tengo pendientes de volver a ir y capturar un par de imágenes que tengo en mente.
Entre los propósitos que tengo para este año, que son muchos y reconozco que quizá demasiados, se encuentra el acercarme más a la naturaleza e intentar seguir poniendo mi granito de arena para cuidar del medio ambiente, como por ejemplo seguir reduciendo el consumos de plásticos. Sé que vivir sin ellos es algo casi imposible y no exijo a los de mi alrededor de que lo hagan, pero soy de las que piensa que cada gesto cuenta, por pequeño que este sea.
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