Desde hace unas semanas tengo algunos pensamientos que no dejan de volar por mi cabeza queriendo anidar. Supongo que de los que ahora hablo podrían resumirse en que la vida es corta y el tiempo pasa demasiado rápido por lo que si se quieren hacer realmente cosas hay que planearlas y hacer que sucedan, al menos todo aquello que esté en nuestras manos. De hecho hace poco @clementinekru, una chica a la que sigo desde hace mucho tiempo en redes sociales y que me encanta cómo se expresa, terminó una de sus publicaciones en Instagram con la siguiente frase "Que nunca se nos olvide que nuestra vida es lo que hacemos de ella." Y, aunque esa frase la leí después de hacer esta mini excursión, es sin duda una de esas razones no escritas por las que hace unas semanas pusimos fecha para redescubrir Dénia, ya que hacia años que no íbamos, y llevaba demasiado tiempo en la lista de pendientes para visitar.
Dénia es una de esas ciudades de costa bañada por el mar Mediterráneo y que tiene la suerte de contar con un pequeño casco antiguo que incluye hasta un castillo del siglo XI. Las vistas desde el puerto al castillo son preciosas. Además, las casas que dan al mar tienen un aire costero muy alejado de la edificación sin control de edificios vacacionales de otras ciudades cercanas.
Muchas veces nos obsesionamos con descubrir mundo y viajar más allá de las líneas que delimitan las fronteras de un país y nos olvidamos de que a nuestro alrededor hay también lugares y rincones que vale la pena ver. Por ello, si estás leyendo esto te animo a viajar. Abre tu mente a nuevas experiencias, comidas, personas y lugares. Pero también abre tu mente a redescubrir lo que rodea, los lugares y rincones que están cerca del lugar en el que vives, seguro que aprendes anécdotas que no imaginarías. ¡Yo espero no cansarme de hacerlo nunca!
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